En la habitación de un conventillo, un señor dejó su cuerpo olvidado y se fué. El amigo sentado al lado muestra un pie nervioso y se come un noveno cigarrillo.
- ¿No tiene el celular? (un vecino)
- No, si dejó todo acá, mire (exagerada revisión de bolsas de contención), acá está en el bolsillo… ¿No dijo a que hora volvía? (mirando la pared, no al vecino)
El vecino siguiendo con la mirada el vaiven de una mosca que va y viene realiza un gesto negativo.
El amigo pasea por la habitación gruñendo palabras y pasando sus dedos por la cabellera.
- ¿Es posible que me invita a venir a su casa y se va antes que yo llegue?, que desconsiderado, y como si fuera una broma de mal gusto se va olvidando el cuerpo colgando de una soga por el cuello y dejando una carta a un tal señor juez!!!, válgame Dios, yo que fui su amigo de toda la vida, ni siquiera me deja la carta a mi, sino que se la da a un desconocido!!!!
- ¡¡Caaaaaaaarrrteoooooooooouuu!!
- ¡¡¡Esto ya es lo último (aspira dos cigarrillos a la vez), ahora quiere que vaya a verlo en un cementerio!!!
De todas las multiples personalidades que poseo, la que se dedicó a la escritura tal vez es la que menos creció en todos estos años, incluso, por momentos me da la sensación que ha involucionado en ciertos aspectos expresivos y narrativos. Es como un chico (el nene) que no se alimentó bien en sus primeros años y ahora, un poco más maduro tiene problemas graves para avanzar en su área. Para tratar de arreglar, lo mejor posible, ese problema es la razón por la que este blog existe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario